
Cada vez que termina alguna elección siento el mismo sabor a decepción, esa gran sensación de que
la cosa no cambia más. Este desencanto se produce al notar que no se puede contra los grandes aparatos, de sospechar que tu voto no sirvió para nada, de que la gente se queja pero no quiere cambios.
Peor aún, si esta desesperanza se mezcla con un sentimiento de bronca porque
los comicios están plagados de dudas. No sé si esto tiene que ver con que las ideas de cada partido se exponen cada vez menos, no hay debates, se usan menos palabras y más imágenes para atraer votantes, y, se utilizan más energías en defenestrar a los otros políticos que en resaltar los proyectos de cada uno.
Ya todo parece común,
a cualquier elemento que falte a la justicia en los comicios se lo trata de relativizar. No es asombroso escuchar que, ante la queja de un ciudadano porque no están las boletas de determinado partido, el fiscal responda: “y bueno… vote a otro partido”, suena irrisorio pero así es. Entiendo también que esta ausencia de boleta es responsabilidad de ese partido que no tiene la representación suficiente en esa localidad. Es muy poco serio, más en una elección presidencial.
Hay tantas anécdotas en cada elección, algunas parecen salir de un Sketch de Gasalla, como lo que le pasó a mi hermano que en pleno cuarto oscuro fue interrumpido por una mujer que mirándolo sorprendida dijo:
“¡ups!, estaba ocupado, perdón…”, como si hubiera usurpado en un baño público. Entonces… ¿para que preparan a las autoridades de mesa? Léase nuevamente lo anterior. Mi hermano es Mauro, por lo tanto varón, por lo tanto masculino, por lo tanto vota en colegio de hombres.
¡fue una mujer la que interrumpió! ¡Una mujer!
Tampoco soy tan inocente de creer que el triunfo de tal partido es por fraude, pero si considero que las últimas elecciones en la provincia de Córdoba y nacionales
no son transparentes. ¿Cuánto se tardo para el escrutinio en la provincia de Córdoba? ¿Cuánto se tardo para el escrutinio nacional con muchísimas más mesas?
Un informe de Canal 13 reflejó lo sucedido en Formosa en donde a los aborígenes les pedían que voten al oficialismo a cambio de $10 y mediante amenazas de sacarles el agua. En algunos casos, les privaban la libertad hasta el día de los comicios. Esta es una tremenda violación a los
derechos humanos por la que nadie nunca pagará.
En lugares de mucha pobreza, refugios construidos por chapas, en pleno invierno; donde lo único que hay en ellos es un fuego que aliviana el frío; me ha tocado ver a todas las latas que recubren el terreno, invadidas por la publicidad de algún político de época.
Todo parece ir en un rápido retroceso, duele ver a los
ladrones de guantes blancos mirando hacia el costado, ellos son los que conducen el destino de nuestro lugar y los encargados de representarnos.
El tema que están escuchando es “A tu Lado”, de “La Renga”, con una frase que lo dice todo:
“Pobreza en los estómagos, más pobreza en las cabezas…”