Él, desesperanzado, jugaba sus últimas cartas, las más bajas del mazo, aquellas que las usamos en pos de nuestra apuesta solamente porque no hay otras, aunque no sean ases ni anchos las ponemos en juego ilusionándonos con que nos salga el tiro del final, el último recurso, el manotazo desesperado y cruel de los que no tienen nada más que perder.
Ella, ¡qué difícil definirla a ella!. Envejeciendo ante espejos y espejismos de lo que le representaba la comodidad de jugar última, de ser el pie de este juego. Se acostumbró, o lo dilató, o simplemente no le salió, o sobró la situación, o le pesó tener al as, por lo que fuera, ella nunca cerraba la partida. Su sangre se congelaba al tiempo que se agigantaban las cartas boca abajo que componían el montón preciado.
El Viejo de Mierda, aún teniendo las cartas más bajas derrochaba la jovialidad del triunfo que ella nunca tuvo. Manejaba a su antojo la partida, con sus tiempos y sus amenazas de robar el tesoro, sabiendo que ella no se atrevería a jugar el As.
Me olvidaba. Quizás el título que precede a estos párrafos no sea el correcto. A esta historia le falta un integrante más, un tercero, un número impar que rompa con la siempre aburrida monotonía de las cosas marcadas por la dualidad tan irritante de las formas pares. Lo menciono ahora porque irrumpir es una de sus características. Se podría llamar “el Desequilibrio”, entonces… “La Pecho Frío, el Viejo de Mierda y el Desequilibrio”.
Desequilibrio ha barajado siempre las mismas cartas, demencia; manía; paranoia; ansias; pasión; y otros excesos, alterando un orden que no soportaba, con el veneno orgásmico que produce la libertad y el placer suplicante que no admite imposiciones de ningún palo. Ningún juego de naipes tiene reglas claras, uniformes a todos, las reglas dependerán de contra quién se esté compitiendo. Hasta en los juegos más populares las pautas adquiridas por los participantes son disímiles. En este aspecto se podría decir que los juegos de naipes se parecen al amor.
Mezclar las cartas. Mezclar, mezclar, mezclar, mezclar hasta dejar atrás esa pesadilla en donde un Viejo de Mierda juega sus últimas cartas para robar un mazo que nunca le perteneció, la Pecho Frío llora incapaz de jugar arriesgando su As y el Desequilibrio, hastiado de tanta vulgaridad le pega una patada a la mesa para ir en busca de un mejor juego.
12 comentarios:
Wow! Simplemente Wow!
Mi titulo hubiera sido diferente!
" Victima, Victimario y Un Estorbo No Deseado "
Me deleito con tu escritura!
Es como... saborear unos churros con dulce de leche en una tarde de invierno !
Y vos sabes q eso para mi es uno de los placeres mas grandes.. al igual q leerte cada vez q el señor tiempo te da " Pido " para poder hacer una vez mas tu arte..!
Por fin nos reencontramos! Aunque tenemos la mateada pendiente...!
Y una sesion de fotos 2009 a todo color ! QUE GLAMOUR TETE! Jajaja!
Voy a estar para cuando necesites una sonrisa..!
Nos estaremos viendo querido vecino y seguramente ahora seguimos chateando ! Obviooo!
Tu mas querida..
Vecinaa..
=)
Un final sano para alguien que merece más...
Brindo por las emociones extremas que nos permiten hacer catarsis literarias como estas.. La espera valio la pena
Felicitaciones por tu escrito...
De verdaaad! =)
(Me dejó pensando en varias cosas...)
Tenías razón, no es lo que parece, pero está bueno y hasta creo que te quedaste corto con algunas cosas.
las cartas están
afiladas
sobre la mesa
tu dirás
si quieres jugar
sino yo vuelvo a montarme en mi nave espacial
a dormir en una cama cualquiera
(Fernando Alvarez)
Mi blog vuelve al ruedo, y espero que de manera definitiva.
Te espero por ahí!
Anahí:
Si, necesitaría más tiempo para dedicarme a la página. Perdón por tardar tanto en responder.
Gracias por la buena onda, besos y nos estamos viendo.
Fabi:
Primero gracias por los textos que me pasaste. leí el del pez, aún me falta el otro.
Y a lo otro ya lo hablamos por msn, gracias, beso grande.
Marcelo J. Silvera:
Brindamos juntos entonces. Gracias por el tiempo aportado en leer mis cosas y en escucharme.
Mitsuko:
¡Gracias! Me intriga saber en que pensaste.
Andrés Ferreras:
¡Muy bueno! Desconocía ese texto, muy apropiado para este momento. Gracias por el aporte y también por la enorme compañía y la ayuda siempre atenta en el casamiento.
Un abrazo.
Fabriziosiderac:
¡Ya estoy pasando por ahí! Abrazo.
ESCRIBIS MUY LINDO... AUNQUE SEAN COSAS FEAS LAS QUE SUCEDEN... PERO QUE DIFICIL SE HACE PERDONAR... VOLVER A EMPEZAR... DAR UNA VERDADERA OPRTUNIDAD... APRENDER DE LOS ERRORES NUESTROS! NADIE ES PERFECTO NI LO PUEDE SER... Y LA VIDA SIEMPRE NOS ENSEÑA LO IMPORTANTE ES PODER COMPRENDER ESA ENSEÑANZA Y NO CEGARNOS EN UNA UNICA IDEA. MUCHA SUERTE
Sandrita:
¡Gracias por el comentario querida!
Es más difícil todavía si ya diste oportunidades y nada cambió. Si las oportunidades se dieron y siguió todo igual, si no se aprovecharon, si no hubo voluntad, si no hubo ganas, si no hubo hechos que cambien la historia es imposible creer.
Un beso.
a eso me referia con dar una verdadera portunidad... no una oportunidad con limitaciones de todo tipo... no una o varias opotunidades teniendo en primer plano la deconfianza, la impaciencia, la icomprension(por dar algunos ejemplos) se que en muchas cosas no opinamos igual y eso no esta mal... solo que escuchando las 2 campanas pude entender ciertas cosas... sabes que te quiero mucho y me encantaria que las cosas fueran diferentes. el rencor no nos lleva a nada. (no cegarnos en una unica idea)un beso cuidate.-
Sandrita:
Si hay alguien con quien odio disentir es con vos, debe ser porque me parecés una persona enormemente increíble.
Las limitaciones de una nueva oportunidad no las pone el que da la oportunidad, ya las puso el que hizo las cosas mal. Se supone que el que quiere la oportunidad va a mostar algo nuevo, si el que da la oportunidad está dolido y le cuesta darla, ¿encima pretendemos pedirle que no exiga nada?, lo mínimo que exigiría sería cambios. Pero si ve que sigue todo igual es en vano. Depende de la actitud del que quiere la oportunidad, o en todo caso de ambos, pero la actitud del ofendido está en dar la chance, la actitud del otro está en cambiar las cosas.
Yo si pienso que pensamos igual en muchas cosas, solo que por ahí las dos campanas te llegan solo a vos, a mi nunca vinieron de frente a hablarme sinceramente.
Beso.
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